El sensor PIR de baja potencia puede mejorar considerablemente la duración de la batería y es una solución a los obstáculos de acceso a energía eléctrica en la región, ayudando a enfrentar los desafíos del retroiluminado activado por movimiento. Consume muy poca energía y al mismo tiempo detecta el movimiento con gran precisión. Utilizando técnicas sofisticadas, determina la presencia de personas u objetos para encender automáticamente el sistema de iluminación y, posteriormente, apagar las lámparas en respuesta al movimiento. El gasto total de energía en tales dispositivos se reduce enormemente.